Por ahí de 2018, cuando estaba empezando a agarrarle la onda a eso del running, me fui de viaje con los amigos de Aire Libre a Baja California Sur a correr unos senderos por allá. Fue una aventura increíble, que además coincidía con mi cumpleaños.
Corrimos por unos cerros desérticos varios kilómetros (más de los que nunca había corrido antes) y llegamos corriendo a la playa que se iba asomando entre cerros a lo largo de la ruta. Llegando a la playa nos aventamos al mar. Fue glorioso. 🌊
Cualquier persona que esté familiarizada con correr reconocerá ese rush posterior a una corrida larga exitosa. Hay una sensación de invencibilidad, una comprensión repentina de todo lo puedo, soy fuerte, puedo hacer lo que me proponga.
Sin embargo, la vida es una gran maestra y te recuerda a menudo más pronto de lo que uno quisiera que: no, no eres tan fuerte, no puedes todo, no eres invencible. Dos días después de esta aventura y ya de regreso en la ciudad de México, tuve un accidente un poco tonto en bicicleta que resultó en una fractura de mi tobillo izquierdo.
Este accidente frenó en seco mis ansias y sueños nacientes de corredor. Me obligó a recalibrar: entender el poder de la pausa, apreciar la fortaleza que hay en la recuperación.
Esto es algo que he visto bastante a mi alrededor. Amigos y familia que me cuentan casualmente sobre alguna instancia física en la que se empezaban a sentir fuertes, tal vez no invencibles pero sí listos para dar el siguiente salto a un esfuerzo mayor cuando de pronto… algo pasa: una muñeca torcida, un paso en falso, un pisotón en el dedo meñique del pie derecho, en fin.
No tengo muy claro hacia dónde voy con todo esto, pero siento que hay por aquí una lección a plena vista lista para ser aprendida. Por un lado, siento que ese deseo de alcanzar el siguiente nivel de esfuerzo, de superar obstáculos que nos revelen nuestros límites habla bien de nuestro anhelo por la vida, el crecimiento y la expansión como humanos.
Creo que una parte importante de la experiencia humana es la de sentirse fuerte en algún momento, particularmente en lo corporal. Hay algo primario y silvestre en sentirse capaz de alcanzar una meta, o cargar un peso o recorrer una distancia, e intentarlo.
It is important in life not to be strong, but to feel strong, to measure yourself at least once. If you want something in life, reach out and grab it.
- Christopher McCandles, Into the Wild
Por otro lado, y quizás aquí es en donde está la lección más importante: cuando los buscamos, nuestros límites se revelan clara y fehacientemente, a veces de manera inmediata. No hay mayor lección de humildad que la de intentar algo para lo que no estamos (aún) listos.
La vida sabe regresarnos de nuestras fantasías a la realidad de nuestros confines naturales, pero no como un menosprecio o una humillación (aunque a veces así lo sintamos) sino como un recordatorio de nuestro lugar en el mundo, un llamado de evolución.
También se trata de un asunto de apreciar la multiplicidad que habitamos todos los días. A veces podemos correr un maratón, pero un dolorcito en la muela nos tiene tirados en la cama sin ganas de nada. Lo cual me recuerda un episodio del podcast de Adam Grant en conversación con John Green que te dejo arriba. Hay una parte en la que John Green habla precisamente de la paradoja del autor que vende millones de copias de sus libros y que ha tocado la vida de incontables lectores en todo el mundo, pero que apenas si puede hacer que su hijo se coma el desayuno.
Siento que ahí, en esa contradicción, vivimos todxs de una u otra forma: todxs vamos por el camino de la vida improvisando y resolviendo en el camino. Nadie tiene resuelto el mapa de la vida. Me gusta pensar que la vida no se trata de ir encontrando respuestas sino de ir encontrando mejores preguntas. Vivir en ese estado de interrogante es lo que nos permitirá mantenernos curiosos ante la existencia, incluso cuando ésta insista en mostrarnos nuestras fronteras.
Gracias por recibir Sunday Service un domingo más. Me alegra ser parte de tu día. Espero que la carta de hoy te permita entrar a esta semana que llega con inspiración y propósito.
Te mando un fuerte abrazo.
¡Hasta el próximo domingo!
Carlos 🍃
Hablando de John Green, recordé esta TED Talk que dió en 2015 que siempre me ha parecido muy inspiradora. No te la pierdas.
Siempre inspiras curiosidad, ternura, comprensión, paz y más con el Sunday Service. Gracias por compartir . Abrazo