I.
En 2017 tomé la decisión de experimentar y crear un podcast. Llevaba muchos años escuchándolos y tenía curiosidad de saber qué implicaba hacer uno. La parte técnica no fue tan complicada de averiguar pero lo que de inmediato se volvió evidente fue que la dificultad estaba en mantener interesantes las conversaciones que quería tener.
Durante casi todo el tiempo que estuve creando episodios para ese podcast (actualmente en pausa indefinida) advertí esa presión autoimpuesta que se siente cuando uno está a la mesa con un grupo de personas muy interesantes de decir algo ingenioso o perspicaz, tal vez gracioso, tal vez inspirador para quedar bien parado frente a ese público inteligente y conocedor.
Por supuesto, esa presión muy a menudo provoca el efecto opuesto y terminamos poniéndonos el pie solitos, diciendo cosas poco naturales y alimentando la propia ansiedad. Algo que aprendí en la producción de esos más de 100 episodios es que una conversación se vuelve mucho más valiosa cuando en lugar de querer hablar y decir cosas inteligentes, nos enfocamos en escuchar y encontrar en lo que se está diciendo algo cierto y real de la persona que tenemos enfrente o del tema en cuestión.
II.
Algo parecido (aunque distinto) que empecé a sentir cuando lancé Sunday Service fue la ilusoria responsabilidad de expresar algo enorme, original o universal en cada carta enviada. Lo cual - ahora comprendo - no sólo nunca fue posible sino que es una expectativa muy común en cualquier quehacer creativo, particularmente en los niveles principiantes.
Trabajar con nuestra creatividad es irremediablemente una batalla contra nuestras expectativas. Hay algo muy hermoso en arrojarnos de lleno a la práctica de un arte o disciplina creativa, sin embargo este entusiasmo puede gestar un deseo de apelar a todo mundo, de querer tocar el universo con aquello que nos alimenta el alma, con aquello que ha encendido una llama en nuestro interior.
Ahora bien, uno de los grandes secretos de la creatividad es que mientras menos la presionemos, mientras menos le impongamos expectativas de universalidad, más significativa será. Estoy convencido de que mientras más personal sea lo que hagamos, mientras más particular sea el mensaje y el alcance de nuestra obra, ésta más expresa y más transmite.
Es decir, irónicamente, cuando soltamos la expectativa de crear una obra del tamaño del universo y nos enfocamos en crear una obra del tamaño de un vasito de agua, cuando miremos dentro del vaso veremos que hay un universo ahí dentro.
Ésa ha sido mi esperanza con Sunday Service y cualquier otro interés creativo que persiga de aquí en adelante: seguir creando vasitos de agua con la intención de que quizás alguien un día vea un universo dentro de alguno de ellos.
Gracias por recibir esta carta un domingo más. Como siempre, espero que te haya dejado algo qué llevarte ahora que comienza la semana.
Nos leemos el próximo domingo. Te mando un abrazo.
Carlos 🍃
Coincido con todo lo que dices, Carlos. De la parte I, es tan difícil encontrar gente que verdaderamente escuche, y por las pocas interacciones que hemos tenido, tú predicas con el ejemplo. Es de lo que más valoro de nuestra nueva amistad.
Y en la II, es algo que también he aprendido, entre más personal y específico, más universal. Muy cierto. Por eso es importante escarbar profundo y traerlo a la página / podcast / lo que sea creativo que hagas.
Muy buena carta!
Muchas gracias por el mensaje que transmites en esta carta, Carlos. Me sirve, y me ayuda a quitarme presión, justo hoy. Luego me voy a poner con la siguiente carta que publicaré, y mi mente ya estaba haciendo lo mismo de siempre (pretender hacerla universal...). Gracias!! 🙏