I.
Me ha costado un poco de trabajo regresar a este espacio creativo que tanto quiero. Siento que desde hace algunos años que no me permitía un alto total de varias semanas en mis proyectos personales, y - aunque poco a poco - me alegra estar de vuelta.
Honestamente siempre me ha sido un poco difícil permitir una pausa en mis proyectos personales en fin de año. Hay una maquinita dentro de mi cabeza con un foco rojo que se enciende y empieza a parpadear cuando percibe que estoy empezando a relajarme.
Si le pusiera voz a esa maquinita, me diría lo siguiente:
“oyeeeee, ¿por qué veo que estás yendo más lento y parece que estás…. ¡¿descansando?! ¿qué estás haciendo?
nonono-nooooo, no te relajes, tienes que seguir planeando tu siguiente proyecto, ¿cómo vas a cambiar o mejorar esa última cosa que hiciste el año pasado? ¿cuándo vas a empezar con eso que te propusiste hace CINCO años?
¿Te das cuenta en dónde estarías ahora si hubieras sido disciplinado y constante? ¿Ya viste a todas esas personas escribiendo libros, presentando en festivales, aprendiendo instrumentos, viajando, creando podcasts increíbles, comenzando canales de Youtube? ¿Por qué no haces algo así?
Además el mundo está cambiando muy rápido, ¿ya tomaste esa certificación en IA? ¿qué va a pasar con tu carrera, ya lo pensaste? Por cierto, ¿para cuándo vas a correr tu próximo maratón? Ah! No se te olvide leer todos esos libros que te están esperando en tu Kindle.”
II.
No tengo duda de que la presencia constante de las redes sociales es un motor de comparaciones que no estaríamos haciendo si nos dedicáramos más a seguir nuestra propia energía y curiosidad.
Aquí ya he hablado antes sobre la bendición que fue haber transcurrido mi adolescencia en un mundo sin redes sociales. Qué injusto que precisamente en ese periodo de la vida en el que uno comienza a averiguar y comprender su lugar en el mundo, las redes sociales y la publicidad estén ahí omnipresentes para recordarnos que cualquier cosa que creamos que somos es insuficiente. No sorprende (aunque no por ello deja de ser trágico) que en las nuevas generaciones de adolescentes haya tasas altísimas de depresión.
La comparación es la forma más fácil y garantizada de robarnos la alegría de lo que sí está y existe en nuestras vidas por una promesa de alegría futura si tan sólo consiguiéramos lo que no está y no existe en nuestras vidas.
Me pasa seguido, sobretodo en el contexto de mi paternidad.
Toma su tiempo, pero hay momentos durante la labor de paternar en los que en medio del caos y todo lo que hay pendiente te sientes feliz, pleno, agradecido de que ésta sea tu vida ahora. (Obviamente hay momentos que es lo opuesto, y ésa es la danza de la paternidad). Pero un vistazo a instagram o tiktok y de inmediato te encuentras con vidas distintas, ajenas, lejanas, que te muestran una ventana a lo que tu vida no es. Y esa comparación, a menudo inconsciente e inmediata, me ha llegado a robar la alegría genuina y real que tenía entre manos por imaginar y fantasear sin necesidad alguna en lo que no tengo y no soy.
III.
Terminé de leer por fin hace unos días Four Thousand Weeks: Time Management for Mortals, de Oliver Burkeman. Considero que es una lectura indispensable para aquellxs que a menudo pensamos que si tan sólo tuviéramos todo bien organizado y sistemas perfectos en marcha para cumplir con todos nuestros pendientes y proyectos ENTONCES, hasta ese momento, nuestra vida fluiría sin dificultades, nada nos tomaría por sorpresa y tendríamos las cosas bajo control.
One can waste years this way, systematically postponing precisely the things one cares about the most. - Oliver Burkeman
Es muy fácil caer en esa ilusión de que la lista de pendientes algún día se terminará y que sólo hasta que eso pase podremos sentirnos plenos, hacer las cosas que queríamos hacer o disfrutar de nuestra vida en santa paz. Burkeman, muy elocuente y convincentemente, presenta el argumento de cómo esa forma de ver el mundo está en obvia contraposición con la realidad de nuestra mortalidad. Y éste es un recordatorio que nunca está de más recibir.
Todos hemos escuchado de alguien o nos hemos encontrado en la situación (demasiado común ahora) de ir rápido por la vida, regalando nuestra atención a quien la pida, cerrando pendientes como un samurai sólo para encontrar siempre más pendientes y más proyectos por hacer… hasta que el cuerpo o la vida nos detienen en seco y nos obligan a reevaluar prioridades y enfocarnos en lo que siempre supimos que nos importaba más o nos haría mejor.
Me parece que mucho del problema viene de las ansias descontroladas por querer saber qué sigue o querer controlar los resultados de todo en nuestras vidas y proyectos.
Cuando estaba entrenando para el maratón de la CDMX el año pasado, se me quedó muy grabada una frase que decía un coach en los entrenamientos de la app de Nike: Read the page you’re on : Lee la página en la que estás.
Aunque no lo parezca, leer y correr son actividades muy similares en el sentido en que requieren presencia de mente. Preocuparnos por las páginas o los kilómetros que aún nos faltan es un error de atención que no sólo nos desvía del disfrute del momento presente, sino que activamente nos empeoran la experiencia del momento presente; nos distrae del proceso que ambas actividades significan. Y casi todo lo que vale la pena en esta vida es un proceso. ¿Por qué no habitarlo más conscientemente y sin tanta prisa?
Ésa es la pregunta que estará guiando mi inicio de año. Gracias por leer hasta acá y espero que esta carta dominical te haya dejado algo en qué pensar ahora que comienza tu semana.
Te abrazo desde esta página en la que estamos.
Te dejo abajo el Tobogán Sonoro Vol. III. Te recuerdo que Tobogán es una invitación abierta a aventarnos a hacer audio. Así que siempre bienvenidas tus contribuciones.
El prompt para los siguientes 15 días es: LAS VENTANAS 🪟
Nos leemos el próximo domingo. 🍃
Carlos
Gracias, Carlos, por expresar en palabras un sentimiento y una decisión que acompañan mi inicio de año laboral y personal. Tomo prestadas tus palabras para que encontrar significado y salida a eso que, creía, era un malestar de esos que llegan con el fin de las vacaciones. Abrazos desde una soleada Bogotá.
Gracias por esta carta, Carlos. 🙏🏽
Dices «casi todo lo que vale la pena en esta vida es un proceso»... Pienso que TODO es un proceso, LA VIDA ENTERA (EL UNIVERSO) ES UN SOLO PROCESO. Es nuestra mente la que se empeña en fraccionarlo todo para poder aprehender el entorno, porque no tiene capacidad para abarcar la totalidad.
Me queda la impresión de que eres colombiano, ¿acerté?