(primer episodio de este proyecto que me trae loco)
Ya sé que no es domingo, y no hay excusa para esta demora en la carta dominical. Sin embargo, decidí que la enviaría de todas formas hoy lunes porque me gustaría compartir contigo una noticia que me ha tenido emocionado (y bastante ocupado) en las últimas semanas.
Hace varios meses postulé una idea para un podcast narrativo de varios episodios como parte de la convocatoria para el Festival Iberoaméricano de Podcasts, organizado por RTVC (Radio y Televisión Nacional de Colombia). Me parecía una posibilidad bastante remota porque sin duda habría muchas postulaciones de toda latinoamérica, pero para mi sorpresa… ¡la idea fue seleccionada!
Lo cual significa que necesitaba ponerme a trabajar en materializar lo que en ese momento era sólo una propuesta en papel. Bueno, pues desde entonces he estado trabajando en los episodios de esta serie narrativa que titulé: Manantial del infinito, la cual se trata de una exploración de la memoria familiar como medio de identidad.
Breve contexto:
Llevo un par de años siguiendo las pistas de la vida de mi bisabuelo, lo cual me ha llevado a encontrar cartas, poemas, libros, canciones e historias insólitas que necesitaba colocar en algún lado que tuviera sentido. Este podcast es mi mejor intento por darle un lugar digno a todos esos hallazgos y relacionarnos de paso con mis propias interrogantes existenciales.
Estaré presentando oficialmente este proyecto el fin de semana del 22 & 23 de octubre, como parte del programa del Festival Al Oído, ya te mantendré informadx conforme se acerque la fecha. Mientras tanto, estaré compartiendo con los suscriptores de Sunday Service un episodio nuevo cada domingo. Es una serie narrativa de 6 episodios, por ahora se pueden escuchar los primeros dos en Spotify.
Éste es sin lugar a dudas el proyecto creativo más personal que he hecho hasta ahora, y me emociona mucho que por fin vea la luz. Si encuentras un momento para escuchar, me encantaría saber qué pensaste o qué te hizo sentir.
Qué alegría poder compartir esto contigo.
Un abrazo,
Carlos Arroyo