I.
No recuerdo en dónde leí la siguiente cita pero de pronto me acuerdo de ella cuando me siento disperso o perdido entre las múltiples listas de pendientes que cargo a cuestas:
“Be soft in your practice.
Think of the method as a fine silvery stream, not a raging waterfall.
Follow the stream, have faith in its course. It will go its own way, meandering here, trickling there. It will find the grooves, the cracks, the crevices. Just follow it. Never let it out of your sight. It will take you.”
— Sheng-yen
Hay algo hermoso en esta imagen de comparar la práctica - no a una cascada impetuosa - sino a un arroyo que va fluyendo, serpenteando por aquí, goteando por allá, encontrando los surcos, las grietas, las hendiduras. Y la instrucción final transmite una confianza que a menudo se nos escapa de la mente: “sólo síguelo, nunca lo pierdas de vista. Te llevará.”
La pregunta obvia aunque desatinada para propósitos de esta carta sería: ¿bueno, pero a qué práctica se refiere? Sheng-yen fue un monje budista, entonces queda claro que la práctica a la que se refiere es a la de la meditación y posiblemente a la adherencia a principios del budismo.
Sin embargo, creo que una pregunta más interesante sería: ¿a qué práctica no se refiere? ¿qué cosa en nuestras vidas no estamos practicando?
Hoy quiero proponerte la siguiente idea: todo lo que se repite en nuestras vidas lo estamos practicando y como cualquier entrenamiento nos está construyendo. Y vaya que hay una gran cantidad de cosas que se repiten en nuestros días, meses y años que aceptamos como parte de nuestros hábitos. Porque eso somos: criaturas de hábito, criaturas sujetas a y creadoras de patrones. Regresamos a lo conocido como entes sedientos de certezas.
No nos damos cuenta pero todas esas veces que al despertar, o en el baño, o en cualquier momento aparentemente vacío, entramos a las redes nomás a ver qué hay: estamos practicando algo. Todas esas esas veces que nos molestamos con extraños cuyas vidas ignoramos, o todas esas veces que nos decidimos a hacer algo bueno por nosotros y no lo cumplimos, todo eso son repeticiones que nos están formando.
Nos gusta pensar en que el concepto de práctica aplica a lo bueno que hacemos por nosotros o por otros: se practica la meditación, la escritura, un deporte, un instrumento, una religión, un idioma. Pero el pesimismo, la desatención, la apatía o lo reaccionario también se practica. Y así, poco a poco, gota a gota como ese arroyo finito a través de las rocas, nos vamos convirtiendo en la persona que llevamos tanto tiempo practicando en ser.
II.
El otro día surgió en terapia el tema de la casa como refugio. Como muy comúnmente me pasa en terapia, al jalar de un hilito la conversación puede llevar a lugares insospechados.
Platicábamos sobre la construcción de un hogar, los esfuerzos que implica mantener el hogar en pie y la influencia tan grande que tiene una casa para contenernos, ordenarnos y refugiarnos.
Acto seguido, la terapeuta me pregunta: Si trasladamos todo esto que hemos hablado pero a tu interior, ¿cuál es o qué constituye tu hogar interior? ¿qué dirías que es lo que te contiene, ordena y refugia dentro de ti?
Me quedé en silencio un buen rato y me acordé de esta cita de Krista Tippett:
I have learned a few things about questions. I have learned that questions elicit answers in their likeness — that answers rise or fall to the questions they meet.
- Krista Tippett
Me di cuenta explorando esa pregunta de la necesidad de tener a la vista, construir y mantener calentito el refugio interior, el cual no está hecho más que de cosas que practicamos continuamente que nos ordenan por dentro, aún cuando (o tal vez especialmente cuando) el mundo exterior parezca desbaratarse.
Para algunos esto es salir a correr, para otros la meditación, para algunos más cocinar o cuidar un jardín. Por lo general cosas que nos regresan al momento presente. Sea lo que sea, hacemos bien en mantenernos cerca de aquello que nos contiene por dentro.
Gracias por recibir Sunday Service un domingo más. Ojalá te haya dejado algo útil para llevar contigo esta semana.
Te mando un abrazo desde el refugio,
Carlos 🍃
Uff que oportuno, gracias por compartir.
Brillante esta reflexión sobre que aquello que practicamos, también lo que menos atractivo nos pueda parecer, nos conforma, nos modela. Muy buen recordatorio.
Un abrazo 🌙