Hola, queridx. Gracias por abrir esta carta de nuevo, me alegra saludarte. ¿Cómo has pasado esta semana? Por acá han sido días de reconfiguraciones y aprendizajes. En casa, Sofía nos está enseñando a ser padres, mientras que ella ya es experta en ser bebé. Los mapás primerizos estamos en desventaja.
Hace poco en un grupo cercano de amigos hubo un desacuerdo fuerte que me dejó pensando mucho. A menudo los conflictos entre amigos están cargados de emociones inexpresadas, inseguridades, malos entendidos. Entre ires y venires de mensajes, otro amigo del grupo escribió un párrafo muy bien pensado, muy bien sentido, en el que nos invitó a recordar que entre amigos debemos esforzarnos por ser un poco más generosos y mucho más intencionales en tratar de entendernos y escucharnos sin asumir lo peor del otro. Este bello párrafo conciliatorio cumplió su propósito y la pipa de la paz regresó a la mesa para ser fumada por las partes en conflicto.
La última línea del párrafo decía:
Ninguna [situación externa] merece que te olvides de ti y de los principios que orientan tu vida, por favor, voltea a ver la brújula.
Me pareció muy hermosa la invitación a voltear a ver la brújula, porque me hizo pensar en cuáles son las brújulas que elegimos tener. Me hizo recordar algunas brújulas que orientaron mi vida décadas atrás, y cómo con el tiempo he elegido nuevas brújulas mucho más alineadas con la dirección a la que instintivamente busco dirigirme.
A veces la brújula es un proyecto (académico, profesional, personal). Otras veces la brújula son principios más fundamentales, trascendentales, religiosos. Algunas brújulas tienen nombre, Sofía por ejemplo. Sea como fuere, estoy convencido de que debemos elegir cuidadosamente nuestras brújulas y voltear a verlas a menudo. No hay peor sensación que la de estar perdidos, en conflicto con quienes queremos, errantes en busca de uno mismo. Te mando un abrazo.
Nos leemos el próximo domingo.
Agradecido,
Carlos
🍃 Memoria de un proyecto que fue brújula.
Este podcast narrativo sobre la memoria familiar como medio de identidad fue una brújula que orientó mi energía creativa todo el año pasado. Lanzarme al archivo familiar fue algo que disfruté muchísimo, y no descarto regresar al archivo en búsqueda de nuevas historias pronto.
Si no escuchaste Manantial del Infinito, te lo dejo por aquí, son 6 episodios hechos con mucho cariño, éste es el primero:
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Qué bello, Charlie. Me dejaste pensando en mis brújulas 💗
Que invitación tan bonita a mirar nuestras brújulas. Gracias por esta carta de domingo.