(🍣 )
Hace casi 10 años hice un viaje de 3 meses por Japón que me cambió la vida pero del que poco escribí. Lo veo ahora como una absoluta anomalía, porque el impacto que tuvo ese viaje en mí no corresponde con los pocos textos que hay escritos sobre ese viaje.
Para algunas personas (sospecho que para la mayoría de los que escriben un newsletter) escribir es la forma como procesamos los sucesos de la vida. Escribir como brújula que apunta a puertas de entendimiento.
Ahora bien, también creo que a veces cuesta escribir sobre eventos importantes de nuestra vida por temor a que su manifestación en el mundo exterior no haga justicia a lo que significó por dentro.
Y está bien.
Hay partes de nosotros que no tienen por qué estar a ojos del mundo. Es posible que haya episodios enteros de nuestra vida, incluso momentos trascendentales, que guardamos como tesoros, que alojamos en nuestro cuerpo y que informan nuestra visión del mundo. Somos más de lo que expresamos.
Me gusta imaginar que hay universos dentro de las personas. Me ayuda a recordar que nunca sabemos realmente lo que está pasando o han pasado las personas que nos rodean.
Tener un vislumbre de las complejidades de una persona que amamos es un regalo precioso. Si tenemos la fortuna de que alguien nos reciba en ese espacio de vulnerabilidad en el que una parte de nosotros por fin busca asomarse aceptemos ese destello con cariño, tratémoslo como el tesoro que es.
(⚡️)
Por otro lado, la expresión creativa es también un proceso en ocasiones incontrolable. Rick Rubin, en su libro The Creative Act, habla sobre esto cuando dice que el arte busca una forma de expresarse y encontrará un canal para hacerlo, ya sea a través de nosotros o de alguien más.
Encuentro fascinante esa idea, porque me hace pensar en el verbo crear como el acto de sintonizarse con una energía que busca expresión en el mundo. Aprender a canalizar esa energía hace del proceso creativo práctica espiritual. 🍃
Gracias por recibirme este domingo a pesar de que me ausenté sin aviso dos semanas completas. Sentí que necesitaba un poquito de distancia de este espacio al cual amo regresar.
Se acerca el fin de año y con ello muchas ganas de recapitular y encauzar percepciones a través de canales creativos. Me entusiasma lo que viene, ojalá me acompañes.
Con cariño,
Carlos
Gracias por leer hasta acá. ¿Te gustó el Sunday Service de hoy? En caso de que sí, ¡dale un ❤️ o un restack! También puedes compartir esta carta con alguien que creas que la va a disfrutar, el mayor acto de amor:
Nos leemos el próximo domingo. 🍃
Hola Carlos! Acabo de encontrarte por aquí u justamente hoy he visto un vídeo TED sobre la vulnerabilidad. No sé si lo conoces, es oro molido. (De la investigadora Brené Brown)
Muy interesante eso que mencionas sobre la difíciltad de hablar de ciertas experiencias. A hoy, siento que mi primer viaje por el Sureste asiático es el que más he disfrutado y me ha parecido más sorprendente, pero nunca he podido (¿?) escribir a profundidad acerca de él. No sé por qué... quizás en tus palabras esté la respuesta. Un abrazo!