(canción recomendada para antes o después de leer esta carta)
Hola queridx.
Te llega nuevamente esta carta un día después de lo previsto, no te sorprenderá, lo sé. Como a todo mundo, el lunes me agarra por sorpresa casi siempre. Por suerte mi semana comienza tranquila en esta ocasión y me he dado el tiempo de recibir el amanecer en la terracita, hacer una meditación y sentarme a escribirte esta carta.
En los últimos días se han confirmado varias cosas interesantes que están pasando y que perfilarán los planes para el próximo año, ya te contaré. Por lo pronto, algo que me tiene contento es que ayer publiqué el episodio 6 de Manantial del infinito, el podcast narrativo que hice y que fue seleccionado para el Festival de Podcast Al Oido. Ese episodio es mi reflexión final de la serie. Es dificil saber cómo darle cierre a un proyecto como éste, y si lo escuchas un día que tengas libre, me gustaría saber qué pensaste. Te lo dejo aquí:
El otro día escuché una entrevista en la que Rick Rubin (productor de música muy famoso) cuenta que hace poco su casa se empezó a incendiar mientras él y su familia dormían. Su esposa e hijo lograron salir primero y él tuvo que saltar de una ventana hacia un árbol y de ahí lo rescataron. Una historia locochona, pero hubo algo que me llamó mucho la atención: cuenta Rubin que durante los segundos que estaba arrastrándose por el piso de su casa, casi sin poder respirar, por un momento aceptó que ahí se iba a morir y pensó:
Ok, I know my family is safe… and I’m so happy the book is done.
Afortunadamente vivió para contarlo, pero esa historia de aceptación de su muerte, y de sentirse tranquilo de que tuvo una buena vida, y que dejó un legado en la forma de su familia y su trabajo artístico, me hizo reflexionar bastante y me llevó a varias preguntas dificiles que creo que todxs en algún momento deberíamos pensar:
Considerando que la muerte es lo único seguro, ¿estoy contento con lo que dejo atrás? ¿Estoy viviendo de tal forma que al mirar atrás sienta más satisfacciones que arrepentimientos? ¿Me he distraído de lo que considero importante en mi vida? ¿Le he dicho lo suficiente a las personas que amo que los amo? ¿Me he aferrado a algún resentimiento en contra de alguien que quiero?
Siempre te dejo aquí muchas preguntas, gracias por recibirlas y espero que durante la semana también te den algo en qué pensar en medio del torbellino que es la vida diaria.
Nos leemos en la próxima.
Abrazo,
Carlos.