i.
Japón fue el primer país en el que realmente me sentí un extranjero. No poder comprender ninguna palabra ni leída ni oída es sólo una parte de esta sensación absoluta de desorientación. Sin embargo, lo que realmente te hace sentir fuera de lugar cuando llegas a Japón (sin saber casi nada de Japón) es la cantidad de costumbres, protocolos y tradiciones que son parte omnipresente de la cultura.
La sensación que me invadía a menudo era la de estar haciendo algo mal en todo momento. Tal vez pisando en donde no debo, o saludando con la palabra incorrecta, o haciendo una reverencia fuera de lugar. Me acuerdo mucho de esa sensación cuando pienso en la paternidad.
ii.
Entrar al espacio de la paternidad significa convivir con la sensación de estar haciendo algo mal en todo momento pero confiando en el instinto de que estamos haciendo el mejor esfuerzo. Los errores honestos y el aprendizaje imperativo son la constante.
Un libro que me estoy leyendo de a poco y que me ha hecho reflexionar bastante se llama The Carpenter and The Gardener, y la premisa es sencilla y poderosa: en la crianza de los hijxs es mejor ser más como un jardinero y menos como un carpintero.
A lo que se refiere es que no podemos “construir” a nuestros hijos de la forma como un carpintero construye una mesa o una silla: con un plan detallado, con las piezas ya establecidas, con el acabado y el pulido al gusto del diseñador, concebida para un propósito preestablecido.
El jardinero, en cambio, no tiene control sobre casi nada de lo que pasará con las plantas que cultive. Lo único que tiene claros son los elementos indispensables para que su jardín florezca: sol, agua y un sustrato adecuado. De lo que se encarga el jardinero es de proveer el ambiente necesario para que su jardín brote, germine y prospere, por su cuenta.
Escribir el párrafo anterior me ha desencadenado un recuerdo de mi infancia religiosa. Una de las enseñanzas que le daban a los padres en esa denominación religiosa cristiana en particular era que los hijos son “flechas en las manos de arquero”. La tarea de los padres (arqueros) era apuntar esas flechas al objetivo correcto: Dios.
Qué presión más tremenda ser los responsables de que esa flecha se vaya derechita. Qué manera de reducir la experiencia humana en un objeto unidireccional. Qué exigencia tener que asumirse como flecha cuando uno a lo mejor es un jardín o un bosque.
iii.
He estado pensando que hay un eco interesante de todo este asunto del jardinero y el carpintero con el quehacer creativo. Hacemos bien en habitar la mentalidad del jardinero cuando estamos conviviendo con la creatividad en cualquiera de sus formas. No podemos exigirle al quehacer creativo que se vea, se oiga o se sienta como lo que nos imaginábamos. Ésa es la receta de la frustración perpetua.
En cambio, si cultivamos un espacio con los elementos necesarios (dependiendo del arte que se trate), si somos constantes y estamos presentes sin mayor expectativa más allá de la de acompañar amorosamente, el tiempo hará lo suyo y nuestra creatividad hará lo propio: se manifestará, crecerá y evolucionará, como el jardín silvestre que es.
Una de las actividades que he querido ver a través de esta lente del jardín es la de hacer más cosas en audio (música, grabaciones de campo, narraciones, canciones, piezas experimentales, etc). Así que he decidido darle un espacio a todo ese quehacer artístico dentro de Sunday Service como una forma de incluirlo más en mi día a día, tal como la escritura de estas cartas ya lo es.
Con eso en mente, te presento la nueva sección de Sunday Service: Tobogán Sonoro. Si quieres saber de qué se trata no dejes de leer hasta el final de esta carta.
Gracias por recibirme en tu inbox un domingo más.
Te abrazo desde el jardín creativo que vamos cultivando.
Carlos 🍃
🍃
TENEMOS NUEVA SECCIÓN
Te presento:
TOBOGÁN SONORO
- aventarse a hacer audio
Se trata de una iniciativa personal por aventarme a hacer más cosas en audio, pero también es una invitación a que te sumes si esto es algo que también te llama la atención o es algo que también quieres practicar.
La analogía con el tobogán me gusta porque me estoy imaginando un escenario en el que unx pudiera tener miedo de aventarse al inicio, pero poco después nos damos cuenta de que se trata de divertirse y de expresarse y tal vez salimos del tobogán un poquito distintos de como nos lanzamos.
Por eso cada 15 días estaré dejando por aquí un prompt (una idea disparador) con la cual estaré haciendo alguna pieza de audio. Si te animas a crear algo de máximo 3 mins con ese mismo prompt puedes enviármelo contestando a este correo y si recibo algún audio lo publicaré junto al mío en esta sección quincenal.
Puede ser una canción, un mini podcast, una narración sonora, una pincelada de audio, un poema, una pieza experimental, lo que te inspire.
La idea es ejercitar el músculo de la creación sonora, divertirse y explorar formas de expresión con audio. ¿Por qué no? Sería un honor que te unas.
El prompt para los siguientes 15 días es: la cotidianidad.
Los audios se publicarán el domingo 1 de diciembre.
¡Nos leemos el próximo domingo! 🍃
Me encantó la imagen del jardín para el quehacer creativo 🌱. Yo también ando ahora entre la jardinería y los toboganes. Enhorabuena por hacer de tus procesos creación compartida 🛝.
Qué hermoso texto, un mimo al corazón conectar con el movimiento auténtico de cada palabra. Me encantó el concepto de ser más el jardinero. Felicitaciones por tu nueva sección.